Descubren la posible conexión entre la obesidad y el cáncer de mama

Los estudios más recientes han podido confirmar que las personas que presentan altos niveles grasa corporal y obesidad tiene más riesgo de desarrollar determinados tipos de cáncer, entre ellos el de mama. Ahora, un grupo de expertos de la Universidad de Louisville, ha publicado un estudio en el que se apuesta por una posible explicación a este hecho: una proteína secretada por las células grasas impulsa el desarrollo del cáncer de mama.

El equipo de científicos ha llevado a cabo una serie de investigaciones durante los últimos cinco años que le ha llevado a encontrar esa conexión entre la actividad de una proteína de unión a ácidos grasos adiposos (FABP4), expresada en el tejido graso, y el aumento de las posibilidades de desarrollar cáncer de mama. Al parecer, esta proteína FABP4 es responsable del mecanismo molecular subyacente que promueve el desarrollo del cáncer de mama asociado a la obesidad.

El tejido adiposo en el cuerpo produce FABP4 dentro de las células grasas, donde procesa y distribuye ácidos grasos de cadena larga insolubles en agua. Una cierta cantidad de FABP4 ingresa al torrente sanguíneo en condiciones normales. Sin embargo, a medida que se acumula un mayor volumen de tejido graso, se secreta más FABP4. Es decir, cuando nos volvemos obesos, esta proteína está más presente en el sistema circulatorio.

Los científicos que han formado parte de la investigación creen que puede haber dos formas en que la proteína FABP4 puede estimular el crecimiento del riesgo de sufrir la enfermedad. La primera se produce cuando aumenta la presencia de FABP4 aumenta en ciertos macrófagos –un tipo de glóbulos blancos que se encuentran en la sangre e intervienen en la defensa del organismo contra sustancias extrañas o agentes patógenos, es decir, fomentando la acción del sistema inmunitario– que están asociados al desarrollo de tumores, porque se acumulan en ellos y promueven el crecimiento del mismo.

La otra posible forma es que, cuando los niveles elevados de FABP4 circulan fuera de las células grasas en la obesidad, la proteína promueve el desarrollo del cáncer de mama a través de la interacción directa con las células cancerígenas de la propia mama. Además, la presencia de la proteína FABP4 en el torrente sanguíneo parece alimentar las interacciones entre los componentes tumorales y las células grasas, promoviendo así el desarrollo del cáncer.

Asimismo, los expertos lograron probar que cuando se inhibe la FABP4, el crecimiento tumoral se reduce en modelos animales a pesar de que el tejido adiposo permanece. A esto se une otra investigación publicada recientemente por el mismo grupo de expertos en el que se demuestra que las dietas ricas en grasas tienen diferentes efectos sobre el desarrollo de tumores. Las grasas buenas no tienen una influencia sobre el cáncer como las que tienen las grasas insaturadas, cuya ingesta frecuente causa numerosos problemas al organismo. A partir de ahora, los científicos quieren centrarse en el desarrollo de métodos de tratamiento dirigidos a controlar la presencia de la proteína FABP4 con medicamentos o anticuerpos específicos.

ElNacional.cat

Adamed selecciona un proyecto del IRBLleida de tratamiento personalizado en cáncer de mama

Un estudio liderado por el facultativo de oncología médica del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida e investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida), Serafín Morales, que investiga un tratamiento personalizado para estadios precoces de cáncer de mama, ha sido seleccionado por los laboratorios Adamed en su segunda convocatoria de ayudas a la investigación.

Este estudio está dirigido a un grupo de pacientes que padecen un cáncer de mama conocido como luminal y que representa un 60% de todos los cánceres de mama, ha informado este martes el IRBLleida en un comunicado.

Serafín Morales señala que un 25% de estos casos de cáncer tienen criterios de riesgo y, hasta ahora, se trataban con quimioterapia: “Creemos que el uso de tres herramientas como son la plataforma Oncotype (que analiza los genes), el estudio del marcador Ki67 y el análisis de los niveles del ADN nos pueden ayudar a predecir la quimiosensibilidad y, por tanto, a evitar el tratamiento con quimioterapia en la mitad de los casos”, ha explicado.

La duración del estudio es de dos años y está previsto que se incluyan 70 casos al año, según los investigadores que quieren empezar cuanto antes este proyecto, realizando las extracciones de muestras de sangre para hacer los análisis posteriores

Los laboratorios Adamed han seleccionado un total de seis propuestas de investigación de las 28 presentadas, para que reciban financiación en esta convocatoria que tiene un presupuesto de 60.000 euros.

EUROPA PRESS

Foto: Una investigadora del IRBLleida/ IRBLLEIDA

#YoMeQuedoEnCasa: rutinas de ejercicio para pacientes de cáncer de mama

La actividad física contribuye a reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos empleados en el abordaje del cáncer de mama, además de mejorar la salud en general y la calidad de vida de las pacientes, según han puesto de manifiesto diversos estudios. El ejercicio en pacientes oncológicos “mejora la densidad ósea y aumenta la función cardiaca, regula los niveles de glucosa en sangre y la resistencia a la insulina, y también regula la respuesta inflamatoria y el sistema inmune”, tal y como apunta María Alonso, coordinadora del Programa de Ejercicio Físico Oncológico de GEICAM. Entre los beneficios de la actividad física para estos pacientes se encuentran también la mejora de los dolores articulares asociados al tratamiento, la disminución de las limitaciones articulares debidas a las intervenciones quirúrgicas y la reducción del riesgo de aparición de linfedema.

El ejercicio está recomendado para todo tipo de pacientes, aunque es necesario individualizar siempre la actividad y adaptarla en cuanto a intensidad y volumen. Para ello, hay que tener en cuenta “las características de cada paciente, posibles patologías previas y el estado de forma en el momento del diagnóstico, para conocer cuál es el punto del que partimos”.

Por este motivo, y dada la situación de confinamiento de la población a causa de las medidas contra el COVID-19, GEICAM ha elaborado y difundido dos infografías que recogen cómo hacer ejercicios dedicadas a mujeres con cáncer de mama que están en tratamiento que han superado la enfermedad. Estas infografías comprenden una tabla de nivel básico y otra de nivel avanzado (para aquellas pacientes que pueden hacer sin problema la básica y/o no hayan tenido una cirugía en al menos 2-3 meses), y son sencillas y eficaces para realizar en casa sin necesidad de materiales e incluso sin supervisión.

Ambas tablas ofrecen una orientación inicial para mujeres que tengan dudas sobre qué ejercicios pueden realizar para mejorar su estado de forma. Sin embargo, como indica María Alonso, es muy importante que consulten con su médico cuándo empezar a ejercitarse después de una cirugía y, ante cualquier duda que pueda surgir, acudan a un profesional cualificado (fisioterapeuta si están en fase de rehabilitación o licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte si ya ha superado la etapa post-cirugía).

Nivel básico

Nivel avanzado

Grupo GEICAM

El testimonio que empuja a vivir: «¿Tú ves lo bien que estoy? Pues así te vas a poner tú»

El hospital de San Juan de Dios del Aljarafe ya cuenta con mujeres operadas de un cáncer de mama que se ofrecen voluntarias para visitar a las que han sido intervenidas y afrontan la misma enfermedad.

Es posible gracias a un convenio entre la directora gerente de dicho centro sanitario, María Dolores Acón, y la presidenta de Amama, Asociación de pacientes con cáncer de mama de Sevilla, Ángela Claverol, que reforzará la atención psicosocial a las enfermas diagnosticadas.

Esto que se dice así es tan sencillo como recibir la visita de una mujer que ha sido operada y le dice a quién acaba de salir del quirófano: «¿Tú me ves lo bien que estoy yo? Pues así te vas a poner tú»…Es la constatación de que una imagen vale más que mil pabaras.

Pepa Rodríguez Franco es una de las voluntarias de Amama —en la asociación hay unas 300 mujeres— que hará la visita al hospital de Bormujos pero ya tiene experiencia en los de Valme, Virgen Macarena y Virgen del Rocío y cuenta que las pacientes «preguntan mucho por su enfermedad, qué efectos va a tener, si les van a salir llagas, qué les va a pasar con la quimioterapia y nosotras le decimos que cada enfermos es distinto y que para eso están los médicos».

«Nosotras —sigue— vamos a charlar con ellas al día siguiente de la intervención, a darles acompañamiento y a que nos vean cómo estamos después de haber sido operadas, llevando nuestra vida normal, con ciertas limitaciones, claro».

«Nosotras —sigue— vamos a charlar con ellas al día siguiente de la intervención, a darles acompañamiento»

 

Tanto reconfortan las voluntarias de Amama que «en Valme la doctora nos dice que pasará la visita a la enferma después de hayamos ido nosotras a verla». Además, les llevan regalos, como un corazón solidario para que apoyen ese brazo que tanto duele después de la operación o bolsitas más coquetas para el drenaje.

A Valme, Amama va un día a la semana; al Virgen del Rocío y al Macarena, dos; y a este hospital de San Juan de Dios en Bormujos, irá dos veces al mes.

Esta iniciativa ha sido promovida por la nueva unidad de Patología Mamaria de este centro entre cuya estrategia de humanización de la asistencia se recoge el acompañamiento de los y las pacientes con cáncer de mama como parte activa en su proceso de curación.

Asociaciones de enfermos y voluntarias como las de Amama y pacientes expertos relacionados con la Escuela Andaluza de Salud Pública, darán respuesta a numerosos interrogantes y situaciones que se presentan «durante el largo y difícil camino de la enfermedad», explica el doctor Antonio Amaya, jefe de Cirugía General y Aparato Digestivo del hospital.

Aproximadamente una de cada diez mujeres desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida. El futuro parece avanzar hacia la mejora de los métodos de diagnóstico precoz y el conocimiento de nuevos factores relacionados con alteraciones genéticas, junto con la introducción de nuevas terapias.

Dicha unidad tiene como objetivo mejorar la asistencia de las pacientes con patología mamaria y en ella la fase diagnóstica se convierte en la puerta de entrada para las mujeres derivadas que presenten signos o síntomas sospechosos, o hallazgos en pruebas de imagen solicitadas desde Atención Primaria fuera del programa de screening.

Aproximadamente una de cada diez mujeres desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida

 

«Se pretende evolucionar hacia el trabajo en acto único en la unidad diagnóstica, es decir, el mismo radiólogo realizaría de forma secuencial e integrada todas las pruebas que considerase oportunas para llegar a un diagnóstico definitivo de la paciente (mamografía, ecografía, biopsia percutánea, resonancia de mama, etc.) con un informe único», termina el doctor Amaya.

 

Amalia F. Lérida
Foto: Pedro Jiménez Candau

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lazo rosa

Las mujeres que han superado un cáncer de mama no tienen más riesgo por el coronavirus

Las mujeres que han superado un cáncer de mama no tienen más posibilidades de contraer la infección por coronavirus, ha explicado Miguel Ángel Seguí, oncólogo médico del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) y vocal de la Junta Directiva de GEICAM. Además, las que ya han acabado el tratamiento hormonal no presentan mayor riesgo para salud por el hecho de contraer el Covid-19.

La recomendación para las pacientes que se encuentran en tratamiento con quimioterapia o tratamientos dirigidos a diana (como la inmunoterapia, tratamientos anti-Her2 o inhibidores de cíclicas) es que se pongan en contacto con su hospital u oncólogo, con el fin de que realice una valoración personalizada sobre los riesgos y beneficios de continuar con el tratamiento y las posibles modificaciones en el mismo. Este especialista apunta que los propios Servicios de Oncología están contactando con las pacientes y que se están extendiendo las consultas telemáticas para evitar visitas innecesarias a los hospitales.

Por otra parte, el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama ha elaborado y difundido dos infografías que recogen cómo hacer ejercicios físicos para mujeres con cáncer de mama que están en tratamiento o para aquellas que han superado la enfermedad.

La realización regular de ejercicio físico, además de mejorar el estado general de salud y la calidad de vida, disminuye el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer, entre ellos, el de mama, según revela la evidencia científica. Además, contribuye a reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos para este tumor.

“Hay estudios que revelan que el ejercicio físico reduce las posibilidades de padecer un cáncer de mama entre un 20 y un 25 por ciento y que disminuye el riesgo de sufrir un segundo cáncer en las pacientes que ya han tenido uno, así como de tener recaídas de la enfermedad”, señala Seguí.

Las tablas de ejercicios que propone GEICAM en sus infografías, una de nivel básico y otra de nivel avanzado, son sencillas y se pueden realizar en casa. Se recuerda que, en caso de usar bandas elásticas, se tenga en cuenta que no deben enrollarse en la mano para sujetarla, ya que esta situación no favorece el drenaje linfático y puede aumentar el riesgo de linfedema, por lo que es aconsejable el uso de tubos elásticos de resistencia, que incorporan un agarre.

Se recomienda realizar estos ejercicios, al menos, tres días a la semana, pudiendo intercalar días de descanso entre ellos y/o ejercicios aeróbicos como caminar, nadar o correr. Como estos últimos son complicados en estas semanas de confinamiento, sugieren utilizar bicicleta estática o máquina para caminar y, en el caso de no disponer de estos aparatos, la práctica de yoga o pilates.

Estas tablas son una orientación inicial para esas mujeres que tienen dudas respecto a qué ejercicios pueden realizar para mejorar su estado de forma. Sin embargo, resaltan que es muy importante que consulten con su médico sobre cuándo hay que empezar a ejercitarse después de la cirugía y, ante cualquier duda que pueda surgir, deben acudir a un profesional cualificado (fisioterapeuta si se está en la etapa de rehabilitación, o licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte si ya ha superado la etapa post-cirugía).

EUROPA PRESS. MADRID

¿Conoces el fármaco T-DM1?

El de mamas es el segundo tipo de cáncer más diagnosticado en el mundo. Al ser una enfermedad tan común existen diversos medicamentos para tratarla. El fármaco T-DM1 es especial para personas con cáncer de mama positivo para Her2. Está compuesto por anticuerpos como el monoclonal trastuzumab. Incluye el DM1 o molécula citotóxica antimicrotúbulos, que propicia la destrucción de las células cancerígenas. Se trata de una medicina antineoplásica aprobada por la Agencia Médica Europea, ideal para combatir el cáncer metastásico de mama.

Principios activos y anticuerpos

Cuando el cáncer de mama es positivo en Her2, un receptor del factor de crecimiento epidérmico, indica que hay un exceso de esta proteína.  Al producirse un aumento en la superficie de algunas células cancerosas, la patología se torna muy agresiva.

Por fortuna, el anticuerpo contenido en el fármaco T-DM1 frena el crecimiento de las células dañadas cuando se une con la proteína Her2. La molécula citotóxica, por su parte, bloquea la síntesis de microtúbulos en la división celular. Esto impide que la célula cancerígena se divida y por lo tanto muere.

Ensayos y estudios realizados

El estudio Emilia permitió comprobar un aumento en la supervivencia y una disminución de la progresión del cáncer tras consumir el fármaco T-DM1. También los efectos secundarios y los síntomas disminuyeron considerablemente.

El T-DM1 se une al Her2 para bloquear el crecimiento de las células cancerígenas. Su uso en algunos casos ocasiona dolor de  cabeza, náuseas y fatiga. También puede aparecer dolor en músculos, huesos y en la pared abdominal. La disnea o dificultad para respirar y la disminución plaquetaria, conocida como trombocitopenia, son posibles efectos secundarios.

Es importante aclarar que la ingesta de T-DM1 no curará el cáncer metastásico de mamas. Disminuye la progresión de la enfermedad y por ende aumenta el período de supervivencia. Igualmente puede aliviar sus síntomas, pero no hay que perder de vista que este es un padecimiento incurable.

Avances y la consulta médica

Pero es innegable que la aparición del fármacoT-DM1 es un gran avance en el tratamiento del cáncer de mama. Las mujeres tienen en él un aliado para aumentar su tasa de supervivencia.

Si padeces esta enfermedad mantente en contacto con tu médico, para que en conjunto analicen los pasos a seguir. La ciencia marcha a pasos agigantados y cada día se estudian nuevas alternativas para contrarrestar esta patología. Conoce las características del fármaco T-DM1 e incrementa tus expectativas de supervivencia y tu calidad de vida.

 

Francisco María

 

https://okdiario.com/salud/conoces-farmaco-t-dm1-5086405

 

 

 

Nuevas técnicas contra el cáncer de mama con semillas y radiotrazadores ferromagnéticos en el hospital de Talavera

El Hospital General Universitario Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina ha incorporado una nueva técnica para la detección de lesiones mamarias mediante semillas y radiotrazadores ferromagnéticos, lo que hace que el centro sea autosuficiente en el manejo integral del cáncer de mama, desde el diagnóstico hasta el tratamiento, evitando traslados innecesarios, asi como el empleo de técnicas diagnósticas más agresivas como biopsias radioguiadas y de marcadores con trazadores radioactivos.

El empleo de estos procedimientos en la realización de la Biopsia Selectiva de Ganglio Centinela (BSGC) en la cirugía de cáncer de mama y sobre lesiones mamarias no palpables se ha introducido recientemente en el Servicio de Cirugía del Hospital dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), según ha informado la Junta de Sanidad en nota de prensa.

Se calcula que este nueva método, de fácil manejo, almacenamiento y manipulación del trazador, se podrá emplear en unos 50 casos al año de cáncer de mama y melanoma. Asimismo, se emplea para descartar la afectación ganglionar y permite estadificar la enfermedad de cáncer de mama, ajustar el tratamiento y establecer un pronóstico.

A su vez, a disponibilidad de este nuevo material permite que las pacientes que vayan a ser sometidas a una cirugía por cáncer de mama y BSGC no necesiten desplazarse a otros centros que dispongan de Servicios de Medicina Nuclear para realizar el marcaje de ganglio centinela el día previo a su intervención, tal y como ha indicado el doctor Tomás Balsa, jefe de sección de Mama y Endocrinología de Talavera.

Además, en el caso de pacientes que hayan recibido tratamiento con quimioterapia antes de ser intervenidas por cáncer de mama, el trazador ferromagnético puede ser utilizado como segundo marcador de ganglio centinela, y hace posible ofrecer a estas pacientes la BSGC en lugar de un vaciamiento axilar, evitando así los riesgos y consecuencias de la misma.

EL EMPLEO DE “SEMILLAS MAGNÉTICAS” EN LUGAR DE “ARPONES” EVITA RIESGOS

En cuanto a las lesiones mamarias no palpables que deban ser resecadas, para su extirpación con seguridad, precisan de un marcaje preoperatorio que, habitualmente, se realiza con una guía metálica denominada “arpón”, que se inserta minutos antes de la llegada de la paciente a quirófano, en el Servicio de Radiología. Este “arpón” permite guiar al cirujano hasta la lesión a extirpar, y que de otra forma no podría identificar.

Por lo que el doctor Balsa ha destacado que el empleo de semillas magnéticas, en lugar de “arpones”, evita el riesgo de desplazamiento que estos tienen, y además permite programar la cirugía con mayor flexibilidad, ya que pueden permanecer en la mama de la mujer hasta dos meses antes de ser sometidas a extirpación de su lesión.

El objetivo de utilizar trazador ferromagnético es la localización de ganglios centinela, habitualmente en cáncer de mama, aunque se ha empleado en otras neoplasias como el melanoma. La técnica consiste en inyectar una  partícula que se desplaza por los conductos linfáticos igual que lo harían las células tumorales, y que en el caso del cáncer de mama es captada en los ganglios axilares.

El método estándar para el estudio del estado axilar en el cáncer de mama es la BSGC, para ello habitualmente se emplea trazadores isotópicos que se inyectan en un Servicio de Medicina Nuclear, hasta 24 horas antes de que la paciente sea intervenida por su proceso tumoral. Salvo en algunos casos como los que precisen de doble marcaje, con esta nueva técnica, puede evitarse el empleo del radioisótopo, que es una Nanopartícula de Albúmina, marcada con un isotopo radioactivo (Tc, I, generalmente).

Finalmente, el empleo de material ferromagnéticos como trazador en la BSGC en cirugía por cáncer de mama está avalada, entre otros, por el estudio `Imagine*, respaldado por la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria, cuyos resultados señalan que son similares a los obtenidos con la técnica basada en radiotrazadores.

 

https://eldiadigital.es/art/316867/nuevas-tecnicas-contra-el-cancer-de-mama-con-semillas-y-radiotrazadores-ferromagneticos-en-el-hospital-de-talavera

Comer para no enfermar o cómo prevenir el cáncer

¿De qué hablamos?

Pocos niegan ya la relación entre unos hábitos de vida saludables y una mejor calidad de vida. No hay alimentos milagrosos, ni que curen enfermedades, pero lo cierto es que una buena alimentación, junto con la práctica de ejercicio y hábitos sanos (como no fumar o eliminar el alcohol de nuestra dieta) previenen enfermedades como las cardiovasculares, endocrinas, hepatobiliares, óseas, trastornos de reproducción y hasta cáncer. En España se diagnostican cada año 200.000 nuevos casos de cáncer. La prevención no es una opción, es una obligación.

Empecemos por una obviedad: No existe ningún alimento con propiedades mágicas o milagrosas. Sin embargo, sí existen dietas saludables y apropiadas a la patología y dietas no saludables y desaconsejadas. Tener hábitos de vida saludables ayuda a prevenir el 40 por ciento de los cánceres, además de otras enfermedades como las cardiovasculares, endocrinas, hepatobiliares, óseas o trastornos de reproducción.

Además, está más que demostrado que existe una estrecha relación entre una buena alimentación y la prevención del cáncer. Ahí va un ejemplo: En 2006, el Grupo Español de Investigación de Cáncer de Mama realizó un estudio epidemiológico que determinó que una dieta rica en verduras, fruta, aceite de oliva, pescado y legumbres, así como limitar el consumo de productos grasos, carne, embutidos, dulces y bebidas azucaradas -en definitiva, la «dieta mediterránea»- podía reducir hasta en un 30 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer de mama, según explica Patricia Ruiz, médico adjunto de la Unidad de Hospitalización domiciliaria de la Fundación IVO (Instituto Valenciano de Oncología).

Que el tabaco es la principal causa de cáncer del pulmón y es evitable también se sabe, quizás no tanto que el riesgo de padecerlo es 20-25 veces superior entre fumadores que entre no fumadores. Y en cuanto al alcohol todo consumo, insisten los especialistas, todo consumo, aumenta el riesgo de cáncer, especialmente si se trata de alcoholes destilados. Lo mejor es no consumirlo, y si no se puede, reducir al máximo su ingesta.

El tercer vértice de este peligroso triángulo es la mala alimentación. La obesidad es la responsable del 4 por ciento de los casos de cáncer en hombres y del 7 por ciento, en mujeres. Además dificulta el tratamiento y el pronóstico en pacientes que ya lo padecen, ya que aumenta la probabilidad de recidiva y progresión.

Es indiscutible que los malos hábitos de vida influyen negativamente en los pacientes. Y pese a que cada vez existe una mayor cultura gastronómica y alimentaria, también existe un exceso de información que nos lleva, paradójicamente, a la confusión. Por ello los especialistas recuerdan que es fundamental contrastar cualquier dato, incluidas las dietas milagro o «remedios que curan el cáncer», para no interferir negativamente en el tratamiento.

«Cometemos el error de dar por válido aquello que leemos, escuchamos o vemos sin discriminar la fuente de información. Muchas veces los pacientes quieren creer aquello que se les muestra como milagroso y confían en estilos de dieta, restricciones de alimentos o introducción de otros bajo el mensaje de que van a curarse. Debemos desterrar estos comportamientos por el bien de todos», asegura al respecto la doctora Ruiz.

Sabemos que la alimentación saludable que contribuye a protegernos contra el cáncer, es similar a la que se recomienda para ayudarnos a reducir el riesgo de otras enfermedades crónicas, como la diabetes o las cardiopatías.

Según nos recuerda el Código Europeo contra el cáncer, una alimentación saludable es aquella en la que se consume preferentemente alimentos de origen vegetal, con muchas frutas y verduras, algunas legumbres, como judías y guisantes, pan integral y otros alimentos feculentos, como pasta o arroz, cantidades moderadas de carne magra, pollo o pescado y lácteos parcialmente descremados, o bien alternativas vegetarianas, puede incluir también pequeñas cantidades de aceites vegetales (por ejemplo de oliva), frutos de cáscara y semillas y un poco, o nada, de sal.

Cada año se registran en España alrededor de 200.000 nuevos casos de cáncer, según los datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). De ellos, el colorrectal, el de mama y el de próstata son los que tienen una mayor incidencia. De ellos, la mayoría se podrían prevenir con una buena alimentación y unos hábitos de vida saludables.

La clave: la prevención

Está demostrado que seguir un estilo de vida saludable reduce la probabilidad de padecer cáncer. Además, la combinación adecuada de dieta y ejercicio nos ayuda a mantener un peso corporal saludable y a evitar otros trastornos asociados al exceso de grasa corporal, como cardiopatías o diabetes.

Es importante limitar el consumo de repostería, comida rápida y bebidas alcohólicas y azucaradas. También es conveniente consumir dos o tres raciones de fruta al día, verduras, legumbres, frutos secos y pan integral. La carne magra, el pollo, el pescado y los lácteos descremados deben formar parte de nuestra dieta.

Se recomienda realizar actividad física de manera regular, destinando un mínimo de entre 75 y 150 minutos a la semana de actividad intensa o moderada.

Por último, es importante seguir hábitos saludables como no fumar, limitar el consumo de alcohol y exponernos al sol de manera adecuada.

 

 

Foto: Kike Taberner

https://www.larazon.es/comunidad-valenciana/20200119/sykblelfzfe4xhihnu53ti32ki.html

El Hospital General de Valencia incorpora una consulta de micropigmentación de la areola

«La micropigmentación de la areola mamaria y del pezón de las mujeres mastectomizadas está incluida en la cartera de servicios del Hospital General Universitario de Valencia a partir de este viernes, 17 de enero», según ha anunciado la consejera de Sanidad de la Generalitat Valenciana Ana Barceló, que asistió a la inauguración de la primera consulta de micropigmentación en la Sanidad Pública regional.

La consulta está a cargo de una enfermera del hospital especializada en micropigmentación, que cuenta con más de 14 años de experiencia como tatuadora. Ana Barceló explicó que la micropigmentación de la areola mamaria y del pezón, como parte de la reconstrucción mamaria en pacientes tratadas de cáncer de mama, «cierra el proceso reconstructivo, con los enormes beneficios físicos y psicológicos que supone para una mujer que pasa por un proceso como este».

Esta nueva consulta se impulsó desde la Dirección de Enfermería, y se enmarca dentro del proceso de humanización de la atención oncológica que se presta a las pacientes. Se ubica en el segundo piso del pabellón B, forma parte de la Unidad Funcional de Mama y será el Servicio de Cirugía Plástica el que derive a las pacientes que se consideren candidatas para que puedan someterse a esta técnica tras la reconstrucción de la mama.

Una consulta de Enfermería programada

«El resultado que se obtiene es más que aceptable y mejora la visión que tiene la paciente respecto a su pecho. De este modo, se culmina todo el tratamiento reconstructivo en el mismo centro hospitalario tras sufrir una resección de la mama», añadió la titular de la cartera sanitaria del Gobierno de la Comunidad Valenciana.

En el Hospital General de Valencia son diagnosticadas cada año más de 200 mujeres de cáncer de mama y una mayoría de ellas son sometidas a una mastectomía (resección de la mama) total o parcial. Su director de Enfermería, Tomás Aparicio, detalló que «será una consulta de Enfermería programada, con agenda y código propio, y estará a disposición de las pacientes los viernes, en horario de 8 a 15 horas».

 

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Un mapa genético sobre el cáncer de mama logra identificar variantes en 190 genes que predisponen a padecer la enfermedad

CBN. Un estudio internacional publicado en Nature Genetics ha identificado variantes asociadas con la actividad de 190 genes que predisponen a sufrir cáncer de mama. Este trabajo, en el que han participado Marta Santamariña y Ana Vega Gliemmo, investigadoras de la U711 CIBERER que lidera Ángel Carracedo, revela la enorme complejidad de uno de los tumores más frecuentes y pone las bases para avanzar hacia un diagnóstico precoz más preciso y tratamientos personalizados.

Los autores han analizado en detalle 150 regiones genómicas asociadas a un mayor riesgo de cáncer de mama e identificado al menos 352 señales de riesgo independientes.

El estudio, que ha involucrado a 450 centros de todo el mundo, ha sido coordinado por Alison Dunning, de la Universidad de Cambridge, y su primera firmante es Laura Fachal, investigadora de esta misma institución que se formó en la U711 CIBERER y la Universidad de Santiago de Compostela.

“Ahora mismo -apunta Fachal- ya contamos con una herramienta de predicción de riesgo de cáncer de mama, que incluye algunas variantes genéticas, pero con este trabajo podremos generar una especie de chip que nos permita genotipar todas las variantes que conocemos y clasificar a los pacientes en función del riesgo que vayan a tener de desarrollar un cáncer de mama en el futuro”.

Los autores han observado que la mayor parte de las variantes identificadas en el estudio no se encuentran dentro de los propios genes, sino fuera de ellos, en las regiones reguladoras.

“Esta increíble variedad de genes de cáncer de mama descubiertos nos proporciona muchos más genes con los que poder trabajar, la mayoría de los cuales no se habían estudiado antes”, destaca Dunning. “Nos ayudará -continúa- a construir una imagen mucho más detallada de cómo surge y se desarrolla la enfermedad”.

Artículo de referencia:

Fachal, L., Aschard, H., Beesley, J. et al. Fine-mapping of 150 breast cancer risk regions identifies 191 likely target genes. Nat Genet (2020) doi: 10.1038/s41588-019-0537-1

 

Por Álvaro Sánchez

www.cordobabn.com