Segunda toma de mediciones en el proyecto “Remar por la Vida” de la Fundación Le Cadó

La Fundación Le Cadó junto con el especialista en fisioterapia avanzada y diagnóstico fisioterapéutico deportivo Pablo Granell Blanc y la farmacéutica Marta Comellas Serra han llevado a cabo la segunda toma de mediciones del proyecto de investigación “Remar por la Vida”, una iniciativa que analiza los beneficios del remo en pacientes con cáncer de mama.

Desde el inicio del proyecto el pasado octubre, un equipo compuesto por diez pacientes remeras, una timonel y una remera de reserva participa en sesiones semanales de remo. Cada dos meses, un grupo de expertos multidisciplinar realiza mediciones para evaluar su evolución física y emocional, con el objetivo de extraer conclusiones científicas al finalizar el estudio en junio de 2025.

El proyecto, financiado por la Fundación Le Cadó, busca aportar evidencia sobre los efectos positivos del remo en la recuperación de pacientes con cáncer de mama, consolidándose como una iniciativa innovadora en el ámbito de la rehabilitación oncológica.

Con esta segunda toma de mediciones, la investigación avanza en su propósito de mejorar la calidad de vida de las participantes a través del ejercicio físico. La Fundación Le Cadó reafirma así su compromiso con la investigación y el bienestar de las pacientes, promoviendo iniciativas que combinan salud y actividad física.

Hera, una investigación gota a gota

El Hospital de Jerez acogerá el martes una colecta de leche materna

Será la última a nivel andaluz dentro de un estudio pionero para analizar la incidencia del cáncer de mama posparto en mujeres menores de 45 años

Jerez se va a convertir este próximo martes en la ciudad andaluza en la que concluirá la recogida de muestras de leche materna para el Proyecto Hera de investigación. La iniciativa, que se puso en marcha el pasado mes de octubre, está siendo desarrollada por el Grupo GC06 Nuevas terapias en cáncer (IMIBIC), liderado por el oncólogo Juan de la Haba y la doctora Silvia Guil, en colaboración con una red multidisciplinar de profesionales de los diferentes servicios del Hospital Reina Sofía y el Hospital San Juan de Dios y la Red de Centros de Salud del Distrito Sanitario de Córdoba y Guadalquivir.

La leche que donarán las madres jerezanas, y la que han donado ya alrededor de 2.500 mujeres en las distintas provincias andaluzas, servirá de base para el estudio de marcadores moleculares en leche materna. Se pretende con ello poder lograr el diagnóstico precoz y el desarrollo de tratamientos personalizados para el cáncer de mama posparto.

El Taller Inflamación y Bienestar de la Fundación Le Cadó es todo un éxito

Spai Fundació acoge el primer taller saludable del año con aforo completo

El pasado 8 de febrero, la Fundación Le Cadó inauguró su ciclo de talleres saludables de 2025. El Taller de Inflamación y Bienestar fue impartido por la nutricionista y farmacéutica Adela Gimeno. Bajo el claim “Hábitos para transformar tu calidad de vida”, el evento despertó gran interés, logrando completar el aforo en Spai Fundació.

Durante la sesión, Adela Gimeno explicó qué es la inflamación, cómo se produce y la diferencia entre inflamación aguda y crónica. Además, detalló su impacto en la salud y su relación con enfermedades como la diabetes, patologías cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. También se abordó el vínculo entre la microbiota intestinal y la inflamación, destacando su importancia en el bienestar general.

Uno de los puntos clave del taller fue identificar las causas más comunes de la inflamación, entre ellas la alimentación, el estrés, la falta de descanso y el sedentarismo. Para combatirla, Gimeno ofreció estrategias basadas en una dieta equilibrada, el ejercicio regular, la mejora del descanso y la reducción del uso de pantallas.

El éxito del Taller de Inflamación y Bienestar ha llevado a Adela Gimeno a comprometerse a ofrecer una serie de cápsulas informativas a lo largo del año, con el objetivo de seguir concienciando sobre la importancia de mantener hábitos saludables.

Taller Saludable de Adela Gimeno y Fundación Le Cadó, el 8de febrero/Fundación Le Cadó

Primer taller del año

Como es habitual en los talleres de la Fundación Le Cadó, la jornada finalizó con un desayuno saludable, fomentando un espacio de conversación y apoyo entre los asistentes. El impacto de estas iniciativas no solo mejora la calidad de vida de quienes participan, sino que también ayuda a recaudar fondos para la investigación del cáncer de mama a través del proyecto Flor de Vida. Si no pudiste asistir, te invitamos a seguirnos en redes sociales para conocer las próximas actividades.

El ejercicio físico podría ralentizar la progresión del cáncer y reducir el riesgo de mortalidad

Un nuevo estudio ha encontrado pruebas de que el ejercicio podría constituir una buena intervención preventiva ante ciertos cánceres, especialmente de mama y de próstata.

El cáncer es ya la principal causa de muerte en España, después de desbancar a las patologías cardiovasculares. Se trata de un grupo de enfermedades complejas, en las que interviene un gran número de factores que incluyen cuestiones como la dieta o el ejercicio físico que realizamos.

Por ejemplo, un nuevo estudio publicado en la revista especializada British Journal of Sports Medicine ha querido indagar en el modo en el que los niveles de actividad física antes de un diagnóstico de cáncer afectan a la progresión del mismo y a su mortalidad.

Reducciones en la progresión y el riesgo de muerte

Para ello, incluyeron datos de más de 28.000 personas participantes en el plan médico Discovery Health Medical Scheme  y en el programa de promoción de la salud Vitality, que entre otras cosas permitía registrar la actividad física de estos voluntarios mediante tiempos preestablecidos de gimnasio y dispositivos wearables. 

Mas específicamente, se consideró para el estudio a personas con cáncer de estadio 1 y que había participado en el problema al menos durante un año antes del diagnóstico, de manera que hubiera medidas fiables de su nivel de actividad física antes de que se les detectase el tumor. Igualmente, llevaron a cabo un subanálisis que descartaba ciertos tipos de cáncer que tienen más probabilidades de afectar a los niveles de actividad física de las personas ya desde antes de ser detectados. Al final, los dos tipos de tumor más frecuentes fueron los de próstata y mama.

En base a los datos de que disponían, y teniendo en cuenta factores como el sexo biológico o la edad de los voluntarios, encontraron que en comparación con los que no hacían ningún ejercicio de intensidad moderada, los más activos tenían un riesgo un 27% menor de experimentar progresión de su cáncer y un 47% menos de probabilidades de morir durante el tiempo que duró el seguimiento (de media, más de 9 años).

Los beneficios del deporte y diferentes tipos de cáncer

Los beneficios se notaban también en aquellos que, aún ejercitándose menos, seguían registrando algo de actividad física. En concreto, estas personas podrían tener un 16% menos de riesgo de sufrir una progresión de su cáncer y un 33% menos de probabilidades de morir, en comparación con los que no tenían ninguna actividad física de intensidad al menos moderada.

Cuando los investigadores realizaron un análisis de los tipos específicos de cáncer encontraron beneficios similares; los tipos tumorales que más se beneficiaban de la actividad física fueron en concreto los de próstata y los de piel.

Este estudio, por su naturaleza, no establece una relación causal entre el nivel de actividad física y la progresión del cáncer, por lo que existe riesgo de que las conclusiones adolezcan de ciertos riesgos (por ejemplo, que el estado del cáncer de los participantes antes del diagnóstico afectase a sus niveles de actividad física y no al revés). Sin embargo, y especialmente cuando se ponen en el contexto de otras evidencias disponibles, estos resultados apuntan a los beneficios del deporte como intervención preventiva en el abordaje del cáncer.

FUENTE: 20MINUTOS

Me han diagnosticado cáncer de mama tres veces y esto es lo que quiero que todas las mujeres sepan sobre el tumor

El cáncer de mama es el tumor más diagnosticado cada año en España entre las mujeres y puede comenzar con un bulto en la axila.

El cáncer de mama es el tumor maligno más común entre las mujeres en España, representando aproximadamente el 30% de los cánceres femeninos. En 2023, se diagnosticaron alrededor de 35.312 nuevos casos en el país. Aunque la tasa de supervivencia a cinco años ha mejorado significativamente, situándose en un 85,5%, esta enfermedad sigue siendo la principal causa de mortalidad por cáncer en mujeres españolas, con 6.754 fallecimientos registrados en 2023.

De hecho, tal y como ocurre con otros tipos de cáncer, la incidencia del cáncer de mama ha mostrado un incremento en los últimos años, lo que subraya la importancia de la detección precoz y la investigación continua para mejorar los resultados y la calidad de vida de las pacientes. De ahí la importancia de prestar atención al mínimo síntoma, para poder así contar con un diagnóstico temprano y aumentar la tasa de supervivencia.

Sobre la importancia de esto trata de divulgar Cat Stone, doctora y especialista en cirugía cosmética con base en Auckland, que encontró un pequeño bulto cerca de su axila en 2017. En ese momento, las pruebas determinaron que era un crecimiento benigno de tejido mamario, lo que le trajo un alivio temporal.

Sin embargo, en septiembre de 2019, todo cambió. El bulto, que hasta entonces había sido blando y esponjoso, adoptó una textura más firme, parecida al dorso de un nudillo. Cat, enfrascada en las demandas de su trabajo y su rutina diaria, decidió posponer cualquier examen médico hasta que la situación se volvió insostenible. Lo que parecía una simple irregularidad sería el inicio de una batalla larga y desafiante contra el cáncer, transformando su vida para siempre.

Retrasos muy caros

Como doctora, Stone sabía perfectamente la importancia de un diagnóstico temprano, pero su profesión, irónicamente, la llevó a priorizar otras responsabilidades. Solo en enero de 2020 decidió hacerse una mamografía, motivada por el recuerdo de su amiga Helena, quien falleció a los 37 años debido al cáncer de mama. Esta no mostró nada anormal, pero una ecografía adicional reveló algo que cambiaría el curso de su vida.

Con su experiencia médica, pudo leer las imágenes antes de recibir el diagnóstico oficial, confirmando que su peor temor se había materializado. Fue diagnosticada con un cáncer de mama hormonal de grado dos, una noticia devastadora que planteó no solo una amenaza para su vida, sino también un impacto emocional profundo.

Al recibir el diagnóstico, tuvo dos miedos principales, tal y como le explica al Daily Mail, el temor a morir y la posibilidad de perder un pecho, algo que afectaba profundamente su percepción de feminidad y atractivo. Como especialista en cosmética, entendía mejor que nadie cómo la sociedad asocia el valor de una mujer con su apariencia física, particularmente con su pecho.

Esto amplificó la carga emocional del diagnóstico, añadiendo un nivel de angustia que iba más allá del impacto físico de la enfermedad. Sin embargo, decidió enfrentar el desafío con determinación, embarcándose en un agresivo plan de tratamiento que incluyó una tumorectomía, radioterapia y el uso de tamoxifeno, un medicamento hormonal que bloquea los receptores de estrógeno en el cuerpo.

Efectos secundarios

El tratamiento hormonal, aunque crucial para prevenir la progresión del cáncer, tuvo efectos secundarios devastadores en su vida. Experimentó fatiga debilitante, confusión mental y una falta de energía que la dejó postrada durante meses. Después de tres meses de tamoxifeno, tuvo que abandonar el medicamento debido a la severidad de los síntomas, enfrentándose a la difícil decisión de equilibrar su salud física con su bienestar emocional. Ya en octubre de 2021, apenas un año después de terminar su tratamiento inicial, descubrió un nuevo bulto en el mismo pecho.

Este hallazgo coincidió con calambres pélvicos dolorosos que la llevaron a realizarse un ultrasonido, revelando la presencia de fibromas y una masa anormal cerca de su ovario. La noticia fue un golpe devastador, ya que significaba que su batalla contra el cáncer estaba lejos de terminar.

Los médicos decidieron priorizar el tratamiento del cáncer de mama, lo que implicaba postergar la cirugía para tratar las anomalías pélvicas. En 2022, este tipo de enfermedad le golpeó de una manera diferente cuando perdió a su padre debido a un cáncer de médula ósea.

Este evento, combinado con sus propios problemas de salud, la llevó a intentar nuevamente el tamoxifeno, esperando que esta vez su cuerpo lo tolerara mejor. Sin embargo, los efectos secundarios fueron aún más severos, incluyendo pensamientos suicidas y un estado constante de desesperanza.

Ella, que siempre se había considerado una persona optimista y llena de energía, se encontró atrapada en una espiral de emociones negativas que no podía controlar. De este periodo y como consejo, destacó la importancia del apoyo emocional y la salud mental a la par que el tratamiento, recordando que la lucha contra esta enfermedad no es solo física, sino también psicológica.

Ya en 2023, un ultrasonido reveló que la masa en su ovario había crecido considerablemente, obligando a Stone a someterse a una histerectomía. Aunque esperaba que esta cirugía marcara el final de su viaje, en 2024 comenzó a experimentar una rápida pérdida de peso y detectó un nuevo bulto en su otro pecho. Esta vez, las pruebas revelaron la presencia de múltiples cánceres invasivos, lo que requirió otra mastectomía.

La situación parecía interminable, pero se mantuvo firme, enfrentando cada nuevo desafío y tratamiento. Antes de su diagnóstico, Stone era una trabajadora incansable, con jornadas que superaban las 80 horas semanales. El cáncer la obligó a reevaluar sus prioridades, enseñándole la importancia de cuidarse a sí misma tanto física como emocionalmente.

FUENTE: ELESPAÑOL

Resultados anormales en análisis de sangre prenatal podrían indicar cánceres maternos ocultos

Los investigadores han descubierto cánceres no diagnosticados previamente en el 48,6 % de las embarazadas que recibieron resultados anormales en la prueba prenatal de ADN libre de células (ADNlc), que se utiliza normalmente para detectar trastornos cromosómicos en el feto. Los tipos de cáncer encontrados incluyeron cáncer colorrectal, de mama, de pulmón y de páncreas, así como linfoma, colangiocarcinoma y carcinoma renal. La prueba de detección de ADNlc analiza fragmentos de ADN placentario que circulan en el torrente sanguíneo materno para identificar un cromosoma adicional o determinar el sexo del bebé. Además de detectar ADN fetal, la prueba de ADNlc también identifica ADN liberado de los glóbulos rojos de la madre y, en ocasiones, puede revelar ADN anormal que puede indicar un cáncer no diagnosticado en una embarazada asintomática. Este estudio fue publicado en el New England Journal of Medicine.

El estudio IDENTIFY, que está en marcha en los Institutos Nacionales de Salud (NIH, Bethesda, MD, EUA), está investigando las implicaciones de los resultados anormales de las pruebas de ADNlc que pueden sugerir la presencia de cáncer. Para el análisis actual, los investigadores examinaron a 107 participantes del estudio IDENTIFY para detectar cáncer mediante imágenes por resonancia magnética (RMN) de cuerpo entero, pruebas de diagnóstico médico estándar y secuenciación de ADNlc. De estas participantes, 52 fueron diagnosticadas con cáncer. Los investigadores descubrieron que la RMN de cuerpo entero era el método más eficaz para detectar el cáncer en este grupo.

Los métodos de diagnóstico tradicionales, como la revisión de la historia clínica, la evaluación de los síntomas y la realización de exámenes físicos, resultaron ser limitados para detectar el cáncer o determinar su ubicación. Se encontró que otros resultados anormales de ADNlc estaban relacionados con fibromas (tumores benignos del útero), discrepancias entre los cromosomas placentarios y fetales y hematopoyesis clonal en la madre (un precursor de los cánceres de la sangre). Los investigadores enfatizaron la necesidad de realizar más estudios para confirmar los patrones de secuenciación de ADNlc identificados en este estudio, que podrían ayudar a detectar el cáncer en mujeres embarazadas sin síntomas clínicos obvios.

FUENTE: LABMEDICA

 

Los alimentos que no faltan en las cocinas españolas y “nutren” a las células cancerosas

Por ahora, sólo lo han comprobado en roedores.

Un reciente estudio impulsado por científicos de la Universidad de Washington en St. Louis (WashU) en Estados Unidos y publicado en la revista Nature ha concluido que el consumo de fructosa está relacionado con el crecimiento de tumores en modelos animales de melanoma, cáncer de mama y cáncer de cuello uterino. Ahora bien, no es una relación directa.

La investigación precisa que es por el proceso que sigue la fructosa en el hígado, que la convierte en nutrientes utilizables para las células cancerosas. Señala, además, que este hallazgo podría servir para abrir vías nuevas en lo que a cuidado y tratamiento de distintos tipos de cáncer se refiere.

“La idea de que se puede combatir el cáncer con la dieta es fascinante”, destacan Gary Patti, el profesor Michael y Tana Powell de Química en Artes y Ciencias y profesor de genética y medicina en la Facultad de Medicina, todos en WashU, en unas declaraciones que ha difundido Europa Press. “Cuando pensamos en los tumores, solemos centrarnos en los componentes dietéticos que consumen directamente. Si ingerimos algo, imaginamos que el tumor lo absorbe”, detalla Patti.

El primer autor del estudio, Ronald Fowle-Grider, ha precisado que “los seres humanos somos complejos”. En este sentido, ha indicado que aquello que se ingiere puede ser consumido por el tejido sano, pero que más tarde sea “convertido en otra cosa que los tumores utilizan”.

“Nuestra expectativa inicial era que las células tumorales metabolizaran la fructosa igual que la glucosa, utilizando directamente sus átomos para construir nuevos componentes celulares como el ADN“, ha continuado explicando, antes de concluir que se sorprendieron al comprobar que “la fructosa apenas se metabolizara en los tipos de tumores que analizamos”.

Y el consumo de fructosa, según los investigadores, ha aumentado considerablemente en los últimos 50 años. El motivo se encuentra en el uso generalizado del jarabe de maíz, con un alto contenido de esta sustancia como edulcorante en bebidas y alimentos ultraprocesados, como los snacks.

Un estudio con ratones

La investigación comenzó alimentando con una dieta rica en fructosa a animales con tumores. Fueron midiendo la velocidad a la que crecían estos y pudieron detectar que esa fructosa promovía un aumento de los tumores, pero que no afectaba al peso corporal ni a los niveles de glucosa.

El siguiente paso fue repetir esta prueba, pero esta vez suministrando la fructosa a células cancerosas aisladas en una placa. A diferencia de lo que había ocurrido en la primera fase, las células no respondieron. Así que volvieron a observar a los animales. Mediante la metabolómica, identificaron niveles elevados de una variedad de especies de lípidos, incluidas las lisofosfatidilcolinas (LPC)

“Curiosamente, las células cancerosas no pudieron utilizar fácilmente la fructosa como nutriente porque no expresan la maquinaria bioquímica adecuada. Las células hepáticas sí la expresan. Esto les permite convertir la fructosa en LPC, que pueden secretar para alimentar a los tumores”, ha precisado Patti.

Sus hallazgos, continúa, plantean la posibilidad de que no sólo se limiten a terapias dirigidas a las células enfermas. “En cambio, podemos pensar en dirigirnos al metabolismo de las células sanas para tratar el cáncer. Esto ha funcionado con ratones en nuestro estudio, pero nos gustaría aprovechar nuestras observaciones e intentar mejorar la vida de los pacientes”, ha concluido.

FUENTE: HUFFPOST

La viguesa que repara la autoestima coloreando la piel

María Santamaría, que lleva 27 años ejerciendo la profesión de dermocolorista, ha ayudado a muchas mujeres con cáncer de mama al devolverles la areola.

María Santamaría lleva 27 años trabajando como dermocolorista, una profesión que ella misma define como «estética reparadora». Aunque es viguesa, ha vivido un tiempo en Suiza, país en el que se inició en este trabajo que la ha encandilado por completo.

«Me había formado como delineante, pero llegó un momento de crisis en la construcción, y animada por una amiga que montó un centro de estética, empecé a formarme y me dediqué por completo a la estética reparadora», explica. De hecho, es de las afortunadas que ha logrado hacer de su trabajo su hobby favorito, ya que tiene 64 años y su mayor deseo es seguir trabajando muchos más.

«Empecé en Suiza y desde el principio mi idea ha sido siempre ayudar a las personas a sentirse mejor consigo mismas», explica. Y es que esta dermocolorista ha conseguido a lo largo de su dilatada carrera mejorar la vida de muchas personas. Ha tenido clientes acomplejados por asimetrías, con imperfecciones en las areolas, con cáncer de mama o con una alopecia que les ha dejado sin cejas o pestañas. Su trabajo ha dado como resultado un cambio sustancial en la autoestima de todos ellos y un agradecimiento de por vida hacia María.

Rasgos naturales

El trabajo de esta dermocolorista ha estado siempre marcado por la sutileza, ya que busca enfatizar los rasgos naturales. «He llegado a rechazar trabajos con personas que querían que les hiciese un delineado marrón en el labio porque sé que con el tiempo eso no quedará bien. Si esa persona después, como no tiene labio, se pone ácido hialurónico, esa raya se extenderá. De hecho yo ya he corregido bastantes», cuenta.

María Santamaría nunca ha creado una empresa propia, dice, porque eso implicaría contratar a más personas y ella quiere ser la autora de todos sus trabajos. Es por ello que siempre se ha ido moviendo por clínicas de toda España y Suiza. En Santiago sigue activa en Dermogalicia, una clínica de dermatología, ubicada en Rúa da Senra. También sigue trabajando en el centro médico Cygom, de Vigo, ubicado en República Arxentina. Ya no lo hace en otros centros médicos que ella misma define como «carentes de ética profesional», pues María alza la voz para denunciar que muchas empresas solo piensan en lucrarse y anteponen el dinero al cliente y a la profesionalidad.

Micropigmentación

El dermocolorismo significa pigmento a través de la piel. Aunque mucha gente lo confunde con el arte de tatuar, no tiene nada que ver. María explica que la micropigmentación no es permanente, ya que se realiza a nivel epidérmico, mientras que el tatuaje va a la dermis. Además, este último cuenta con una paleta de colores mucho menor y la instrumentación usada es diferente.

La micropigmentación es un proceso que requiere de mucha práctica y también de un estudio previo de la piel del cliente. «Todos tenemos pieles y acidez diferentes. Los pigmentos, con el sol y el tipo de piel, se pueden oxidar. La propia piel lo escupe con el tiempo y es necesario hacer retoques».

A través de la micropigmentación, María mejora los labios de sus clientes, corrigiéndolos si tienen alguna asimetría o dándoles color a aquellos que presentan un tono apagado. También puebla las cejas de mujeres y hombres que se han quedado sin ellas, pero lo hace, siempre, de manera sutil. Resalta además los ojos con un eyeliner inferior y superior, siempre entre pestañas, y con una línea fina.

Areolas

Uno de los trabajos que quizás más agradecen sus clientes, en este caso mujeres, es la recreación de areolas tras haber sufrido un cáncer de mama. «Una mujer a la que le han quitado una mama o ambas se ve sin nada, solo con el implante, sin areolas ni pezón. A veces se hace un injerto de una areola, pero al quitar la piel de la ingle para hacerla, a veces queda blanca y hay que colorearla igualmente. Con esta técnica se consigue dar color y alzar el pezón. Este trabajo me causa una gran satisfacción porque veo la alegría que provoca en ellas», explica.

FUENTE: FARO DE VIGO

Navidad con cáncer de mama, consejos sobre cómo afrontarla

Cómo afrontar la Navidad con cáncer de mama

Las fiestas de Navidad con cáncer de mama, sobre todo cuando son las primeras, son un momento duro. Nuestras necesidades pueden entrar en conflicto con lo que pensamos que se espera de nosotros.

Es posible que haya que hacer cambios, no únicamente por la pandemia, sino porque el hecho de estar en tratamiento y pasando por la enfermedad ya hace que las Navidades sean distintas. Los efectos secundarios, las fechas de las citas médicas o el estado de ánimo, son aspectos que implican cambios.

Comunicación

Si eres paciente y en las Navidades va a haber cambios:

1. No te sientas culpable. ¿Cómo se hace? Separando quién eres tú de lo que es el cáncer. Los cambios son causados por las circunstancias que te ha tocado vivir y que no has elegido. Hacer algunas modificaciones en las rutinas familiares te permitirá disfrutar como uno más.

2. Comparte cómo te sientes. Si sientes culpa o cualquier otra emoción, es importante que lo compartas con tu entorno. Si no somos sinceros con cómo nos sentimos, los demás no van a saber cómo actuar con nosotros. Antes de poder compartirlo con los demás, primero nos tenemos que hacer a nosotros mismos la pregunta: «¿cómo me siento?», para así ser conscientes de esas emociones.

3. Intenta que la enfermedad no sea el centro de las fiestas. Cuando nos encontramos con personas con las que no estamos en el día a día o que incluso no hayamos visto desde antes del diagnóstico, es normal que nos pregunten cómo estamos, cómo nos sentimos, en qué fase estamos o cómo van las pruebas. Es la forma que tienen los demás para mostrarnos su apoyo e interés. Sin embargo, puede ser que esa forma de mostrar su preocupación no sea la que más nos ayude. Ellos no nos pueden leer la mente, por lo que si prefieres que esas preguntas queden relegadas a otro contexto o que las hagan todas juntas al comienzo de las fiestas, pero que no sea una constante cada uno de los días, déjalo claro. Puedes indicarlo al principio del encuentro o días antes a través de mensajes o llamadas en las que des unas pautas sobre qué es lo que más te ayuda y lo que menos a afrontar la Navidad con cáncer de mama. Los demás también lo agradecerán porque tendrán la seguridad de que están acertando.

Si eres familiar, pregunta al paciente qué es lo que prefiere. No demos por sentado que lo que nos gustaría que hicieran con nosotros es lo correcto porque cada uno somos personas diferentes.

Si el tema de las comidas copiosas y los olores nos preocupa, y creemos que nos va a impedir disfrutar de la reunión, debemos comunicarlo. Si transmitimos las pautas, nuestros anfitriones podrán diseñar un menú más acorde a nosotros. Evitaremos escuchar frases del tipo: “no has probado esto” o “no has comido nada”, y que el cáncer sea el centro de la conversación.

Dosificación de energía

En cuanto a los preparativos, pensemos en las últimas Navidades o en las anteriores (si en las últimas no nos pudimos juntar por la pandemia) y en cuáles eran las funciones que teníamos: decorar, cocinar, organizar los diferentes planes, etc. Podemos hacer una lista en un papel con todas las funciones y ver con cuáles nos sentimos cómodas.

Si hay algunas que podemos hacer y otras no, hay que decirlo.

Si no es una cuestión de poder o no poder, sino que es que no tenemos energía para hacerlas todas juntas, elegiremos las tareas más sencillas que no nos agoten o las que nos hagan especial ilusión. Si las que nos hacen ilusión nos agotan más, entonces lo recomendable es hacer menos número de tareas, pero dándoles igualmente prioridad porque de lo que se trata es de disfrutar y no sentir que nos quedamos en un segundo plano.

Debemos pensar en la Navidad con cáncer de mama como una carrera de fondo. Son muchos eventos seguidos y diferentes por lo que, si hacemos el sprint en la Nochebuena, en la colocación de la decoración o en las compras navideñas, es posible que luego lleguen fechas importantes y no nos quede energía.

No te fuerces a aguantar toda la celebración. Esto es aplicable sobre todo a Nochebuena y Nochevieja. Dependiendo de la tradición en tu familia, puede ser que la celebración empiece a media tarde y se alargue hasta altas horas de la madrugada. Podemos tomar de referencia otros eventos que hayamos tenido anteriormente ya con esos efectos secundarios. Reflexiona sobre cuánto tiempo seguido has podido mantener la atención, permanecer sentada y tener una conversación. En base a como crees que te sentirás, decide si os unís más tarde, si os vais un poco antes de finalizar o incluso si hacer una pausa en la mitad y tumbarte a descansar un rato.

Entre hacer un plan y no hacerlo, hay muchos grises en medio. Adapta los planes en vez de renunciar a ellos para disfrutar de la Navidad con cáncer de mama.

En primer lugar, yo

Habrá algunos planes que nos apetezcan más que otros y muy probablemente no vamos a poder hacerlos todos por tema de energía, como hemos dicho. Deberemos priorizar y elegir bien por la fecha, por la actividad en sí o incluso por las personas implicadas.

Es probable que tengamos que cancelar algunos planes a última hora o que no sepamos a ciencia cierta si estaremos bien ese día.

También puede ser que uno de los planes sea encontrarse con un grupo de amigas a las que hace tiempo que no ves y que sepas que toda la conversación va a girar en torno a la enfermedad. En cambio, quizá hay otro grupo de amigos que ya saben que prefieres que te hablen de sus cosas para distraerte. Si crees que te apetece estar más con el segundo grupo porque van a cumplir lo que pides, es lícito que elijas ese plan.

Además, si consideras que un plan no es seguro por el COVID, estás en tu derecho de elegir no acudir. Lo más importante es tu salud y tu autocuidado; no podemos arriesgarla por evitar un posible enfado.

Tenemos que ponernos a nosotros mismos en primer lugar y no al miedo a disgustar a esas personas por encima de nuestro propio bienestar. No podemos responsabilizarnos de las emociones de los demás.

Con los peques de la familia

Desde que a los pequeños les dan las vacaciones, alrededor del 22 de diciembre, hasta después de los Reyes, son muchísimos días los que hay que estar en casa y tenerlos entretenidos.

Pueden surgir muchos planes típicos navideños como ir a ver las luces, patinar sobre hielo o ir a algún teatro. Podemos no tener energía para todos o incluso que no sea recomendable debido a las medidas sanitarias. Si esa es la pauta que nos ha transmitido nuestro equipo médico, elegiremos los planes que sí podemos hacer. Intentemos compensar y proponer planes que sean dentro de casa y que no agoten. Puede ser que los niños se enfaden, pero no debemos personalizar el enfado, sino que es hacia la circunstancia que también a ellos les ha tocado vivir. Además, las actividades más enérgicas y fuera de casa pueden delegarse a otros miembros de la familia como los tíos, primos, abuelos.

Es importante que los peques de la familia sean informados antes de ese encuentro de los cambios físicos del paciente. Es conveniente evitar la sorpresa y la situación de explicar de cero al niño durante el evento. No es agradable ni para la paciente ni para el niño. Hay muchos recursos que ayudan a hablar del cáncer a los niños.

Gestión emocional

La toxicidad que hemos acumulado de los diferentes tratamientos, aunque ya hayamos finalizado los ciclos, sigue estando en el cuerpo. Además, tenemos que enfrentarnos a revisiones, nuevas pruebas… En este contexto, puede ser que la explosión emocional nos venga una vez finalizado el tratamiento. Nuestro entorno puede no entender que ahora no estemos bien. Si les compartimos cómo nos sentimos, queda en sus manos que actúen o no en consecuencia y eviten comentarios que nos molestan.

A muchas personas, la emoción que más les surge es el miedo a que sean las últimas navidades. Hay dos posibilidades si nos enfrentamos a ese miedo:

– Que sea infundado o irracional. Se da cuando el tratamiento está funcionando, el pronóstico es bueno o incluso nos han dado buenas noticias médicas. El miedo a que sean las últimas, en un principio, no se correspondería a la realidad que estamos viviendo.
– Que sea realista. Se da cuando estamos en un momento avanzado de la enfermedad, en un momento de cuidados paliativos, y sí que hay posibilidades de que efectivamente sean nuestras últimas navidades.

Con independencia del tipo de miedo que sea, debemos pensar cómo nos gustaría vivir esas posibles últimas navidades, qué planes queremos hacer y con quién nos queremos juntar. El hecho de que el entorno trate de discutir que vayan a ser las últimas o no, muchas veces genera más resistencia. El miedo es una emoción normal y no debemos sentirnos mal por tenerlo. Si finalmente no son las últimas, el año que viene ya habremos aprendido a vivir centrándonos en el presente y con atención plena (mindfulness), y vamos a seguir viviendo así disfrutando al máximo cada uno de esos momentos.

El miedo es una emoción frecuente. Miedo a organizarlo todo y que finalmente no salgan las cosas como se esperaban. O miedo a planificarlo con mucha ilusión y que, llegado el día del evento, nos encontremos mal. Podemos hacer todo lo que esté en nuestra mano con las pautas mencionadas para aumentar al máximo las posibilidades de que todo salga lo mejor posible. Ser sincero y hacer partícipes a los demás de nuestras emociones es la clave.

Esperamos que estas pautas os ayuden a disfrutar de la Navidad con cáncer de mama.

FUENTE: XEMIO

La sesión íntima y próxima del Taller Vivir la Vida resulta muy gratificante para los asistentes

Cuatro mujeres expusieron su personal testimonio sobre la realidad de su día a día, tras superar el cáncer de mama

El pasado 11 de diciembre, la Fundación Le Cadó impartió el último taller saludable del año. El Taller Vivir la Vida resultó muy gratificante para los asistentes. El evento se convirtió en una sesión muy íntima y próxima, donde cuatro mujeres dieron su personal testimonio sobre la realidad en el día a día, tras superar el cáncer de mama.

Cuatro mujeres exponiendo su personal testimonio sobre su día a día tras superar el cáncer de mama en el Taller Vivir la Vida, en Spai Fundació el 11 de diciembre /Fundación Le Cadó

Los asistentes se encontraron en una reunión de petit comité donde pudieron preguntar sus inquietudes y miedos a las ponentes de tú a tú. Añadir que estos se sintieron como si estuvieran en un grupo de apoyo, donde la comprensión y el apoyo reinaban. Además, los acompañantes y apoyos familiares de las pacientes pudieron participar también, y exponer su experiencia. Estos son un amparo fundamental en el proceso de la enfermedad y pudieron compartir su realidad con el vocal Jordi Font de Mora, quien ha vivido la experiencia como acompañante. Por estas razones, el Taller Vivir la Vida resultó muy gratificante para los asistentes.

Último Taller Saludable del año

Nuevamente, la Fundación Le Cadó organiza sus tradicionales talleres saludables con el propósito de dar a conocer su labor solidaria a un amplio público. Además, estos talleres contribuyen a recaudar fondos para financiar diversas investigaciones sobre el cáncer de mama a través de su proyecto Flor de Vida. Nos encontramos con el cierre de los talleres en este 2024. Si no pudiste asistir a este taller, te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales para mantenerte al tanto de nuestras próximas actividades.