El cáncer de mama en mujeres con menos de 35 años presenta un comportamiento molecular diferente

El Grupo de Investigación en Biología en Cáncer de Mama del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico Universitario de Valencia, lidera un estudio pionero que confirma que el cáncer de mama en mujeres muy jóvenes (menores de 35 años) presenta un comportamiento molecular significativamente diferente al de mujeres con más edad, incluso comparten el mismo subtipo clínico: HR+/HER2−. Los resultados de esta investigación se han publicado recientemente en la revista científica ‘Cancer Communications’.

Aunque el cáncer de mama afecta principalmente a mujeres mayores de 50 años, alrededor del 5% de los casos se da en mujeres de 35 años o menos. Este grupo de pacientes, frecuentemente excluido de ensayos clínicos dirigidos, tiende a obtener peores resultados clínicos y dispone de opciones terapéuticas limitadas debido a la escasez de estudios centrados en su biología tumoral.

Una investigación llevada a cabo en INCLIVA y el Hospital Clínico Universitario de Valencia analizó 66 muestras de pacientes jóvenes y mayores de 50 años con tumores HR+/HER2−, enfocándose en el perfil transcriptómico, es decir, la actividad genética y su relación con el entorno tumoral. “Hemos confirmado que el cáncer de mama en mujeres muy jóvenes tiene una biología completamente diferente, con mayor proliferación celular, inestabilidad cromosómica y una fuerte infiltración inmune”, destaca el doctor Juan Miguel Cejalvo, investigador principal del estudio. “Estos tumores, tradicionalmente tratados como cualquier HR+/HER2−, podrían beneficiarse de terapias inmunológicas más propias de subtipos como el triple negativo”, añade.

Uno de los descubrimientos más relevantes del estudio es que, desde el punto de vista inmunológico, los tumores HR+/HER2− en mujeres jóvenes actúan como tumores ‘calientes’. Esto los convierte en posibles candidatos para inmunoterapia, una opción que raramente se aplica a este tipo de cáncer. La doctora Marta Tapia destaca que “la presencia de estructuras linfoides terciarias y altos niveles de linfocitos infiltrantes en estos tumores es realmente prometedora. Esto refuerza la idea de que necesitamos replantear las decisiones terapéuticas en estas pacientes y considerar nuevas combinaciones que integren la inmunoterapia”.

El estudio también indica que las mujeres jóvenes podrían tener una mejor respuesta a la quimioterapia convencional, pero mostrar mayor resistencia a los tratamientos hormonales actuales. Esta particularidad subraya la necesidad de desarrollar estrategias terapéuticas más personalizadas para este grupo.

PLANIFICACIÓN DE NUEVOS ENSAYOS CLÍNICOS

A nivel clínico, los hallazgos podrían influir directamente en el diseño de nuevos ensayos más inclusivos para pacientes jóvenes y en la búsqueda de biomarcadores que ayuden a identificar a quienes se beneficiarían de tratamientos innovadores. Como explica la doctora Iris Garrido-Cano, primera autora del estudio, “hasta ahora se había asumido que las mujeres jóvenes respondían peor porque llegaban con enfermedad más avanzada o por una mayor proporción de subtipos agresivos. Nuestro estudio demuestra que hay una base biológica diferencial que debemos entender y tratar de forma específica”.

“Este estudio es fruto del esfuerzo colaborativo y de una apuesta firme por investigar en subgrupos tradicionalmente olvidados”, añade la doctora Maite Martínez. “Gracias al apoyo de entidades como Fundación FERO, Fundación Le Cadó, Fundación Sandra Ibarra, la Asociación Española Contra el Cáncer y CIBERONC (Centro de Investigación Biomédica en Red Cáncer), hemos podido profundizar en una realidad que afecta de forma crítica a mujeres en edad fértil, con importantes implicaciones también a nivel emocional, social y familiar”.

En la investigación también participó el Instituto d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), entre otras instituciones. La publicación de este trabajo abre nuevas vías de investigación basadas en el uso de firmas inmunológicas y transcriptómicas para personalizar tratamientos y mejorar el pronóstico de estas pacientes.

Fuente: ConSalud.es